Todo empezó con una gota.
Así
de simple. Así de importante.
Fue
como la primer gota de la copiosa lluvia que viene a destronar a la despótica
sequía que mantiene al suelo asolado y resquebrajado por el calor.
Tuvo
la importancia del incipiente y débil hilo de agua que, bajando por la montaña
, habrá de convertirse, luego, en torrente que llenará el lecho del río seco.
Fue
tan necesaria como esa lágrima que, hecha gota, es génesis del llanto liberado
que trae alivio y paz al alma.
Y
tan fundamental como la primera que caerá sobre el vaso que, lleno, saciará la
sed del cansado.
Fue
la primer gota del amor hecho realidad.
Teñida
de rojo carmesí, fue precursora de caudal indetenible.
Esa
gota marcó el camino para que las sucesivas vinieran a completar la obra del
perdón derramado por todos los que, a partir de ese momento, lo anhelaran, lo
necesitaran... o lo imploraran.
Fue
ella la primera gota voluntaria producto de una inquebrantable decisión.
Así
fue la primer gota de toda la Sangre que brotó del cuerpo de Jesús.
Y
esa gota, unida a otras, se convirtió en una corriente de amor que nació, aún
nace y seguirá naciendo - por siempre - en el corazón de Dios. Y llega, cada
día, hasta mí.
Y
si lo deseas muy dentro tuyo y quieres convertirte en destino, su fuerza
también alcanzará para llegar hasta ti.
A PRIMEIRA GOTA
Tudo começou com uma gota.
Assim simples. Assim importante.
Foi como a
primeira gota da chuva copiosa que vem destronar a despótica sequia que mantém
o solo assolado e requebrado pelo calor.
Teve a importância
do incipiente e débil fio de água que, descendo pela montanha, se converterá,
depois, em torrente que encherá o leito do rio seco.
Foi tão
necessária como essa lágrima que, feita gota, é génesis do choro liberado que
traz alívio e paz à alma.
E tão
fundamental como a primeira que cairá sobre o copo que, cheio, saciará a sede
do cansado.
Foi a primeira
gota do amor feito realidade.
Tingida de
vermelho carmesim, foi percursora de caudal imparável.
Essa gota marcou
o caminho para que as sucessivas viessem a completar a obra do perdão derramado
por todos os que, a partir desse momento, o desejarão, o necessitarão... ou
implorarão.
Foi ela a
primeira gota voluntária, produto de uma inquebrantável decisão.
Assim foi a
primeira gota de todo o Sangue que brotou do corpo de Jesus.
E essa gota,
unida a outras, converteu-se numa corrente de amor que nasceu, ainda nasce e
continuará nascendo, sempre, no coração de Deus. E chega, todos os dias, até mim.
E se o desejas
muito no teu íntimo e queres converter-te em destino, a sua força também conseguirá
chegar até ti.
Sergio
18.04.2014