Son los últimos estertores de un
invierno que ya sabe que está muriendo.
Es la levedad de sus vientos el halito
débil del que agoniza.
Y sus tormentas… el sonido acallado de
una garganta que pronto se acallará.
Ya sus tempestades no tienen la fuerte
voz del gigante sino que están ya heridas de muerte por el primaveral David que
ha clavado en la frente del invernal Goliat la piedra de sol hecha calidez.
No sé si el invierno se va o lo
destierran. Sólo sé que sus últimos días pueden ya contarse sin perderse en el
desánimo de lo inalcanzable.
Y en una disculpa mentirosa, siento su
dolor por casi ya no ser.
Y en la no fingida alegría ya casi veo
el vientre generoso del año pronto a dar a luz a la Primavera.
Ya nace la niña de las tres lunas…
Ya casi muere un anciano de pelo
blanco de heladas y nieve.
Ya nace la niña de todos los colores.
Ya casi muere mi Invierno… ya nace mi
Primavera.
O ancião e a menina...
São os últimos estertores de um inverno que já sabe que está moribundo.
É a leveza dos seus ventos o hálito débil do que agoniza.
E as suas tormentas… o som abafado de uma garganta que em breve
se calará.
Já as suas tempestades não têm a forte voz do gigante, antes
estão já feridas de morte pelo primaveril David que cravou na fronte do
invernal Golias a pedra de sol feita calidez.
Não sei se o inverno se vai ou o desterram. Só sei que os seus
últimos dias podem já contar-se sem perder-se no desânimo do inalcançável.
E numa desculpa mentirosa, sinto a sua dor por quase já não ser.
E na não fingida alegria já quase vejo o ventre generoso do ano
pronto a dar à luz a Primavera.
Já nasce a menina das três luas...
Já quase morre um ancião de cabelo branco de geadas e neve.
Já nasce a menina de todas as cores.
Já quase morre o meu Inverno… já nasce a minha Primavera.
Sergio
23.08.2011