La escalera...

Volvió a mirar hacia arriba y le costaba aceptarlo.

Uf...! ¡Una vez más e iban ya...! Hace tiempo que ya no los contaba.

Se odiaba a sí mismo por esa estúpida decisión de mudarse allí.

Esa escalera era su castigo de cada día.

¿Se puede odiar no a alguien sino a algo...?

¡Si es sí, entonces odiaba a esa escalera...!!!

¡Qué diferente era por la mañana...!

Claro... ayudaba mucho la urgencia, producto del apuro por llegar a tiempo a su empleo... Sí, cuando corría casi ni reparaba en ella... pasaba sobre ella hecho una exhalación, casi flotando sobre sus escalones... se imaginaba a sí mismo como un moderno Jesús caminando sobre las aguas...

Pero a esta hora todo cambiaba... al final de cada día.

Últimamente la sentía un desafío... Los volvió a contar con la esperanza que la de ayer haya sido la cuenta errónea.

No, no... Seguían siendo los quince de ayer. Quince y cada uno un desafío.

Quince escalones..., otros tantos desafíos... casi siempre perdidos.

DE PRONTO una loca idea cruzó por su mente a la velocidad de una estrella fugaz. Pero la tomo para sí, antes que se perdiera en su Espacio interior.

Imaginaría que cada escalón sería un desafío, sí, pero de los que ya habían pasado.

Lo meditó por un instante y luego, juntando todo el coraje postergado a causa del diario, y siempre presente temor, apoyó su pie sobre el Primer escalón:

Claro... era el más difícil pues era el escalón de los Comienzos...!

Ese que parece sencillo pero que requiere la valentía de la Iniciativa...!

Luego pisó a Desafíos de verdad... que era el peldaño que acepta lo que vendrá... porque, una escalera que comienza, no puede tener otra posibilidad que estar más arriba... si se aceptan sus desafíos...

El tercer escalón ya era lo que se llamaba Vestidor. Era allí donde se ataviaba apropiadamente para avanzar en lo que sería transitar su jornada...! Y debía estar preparado y vestido de optimismo, sueños y deseos de avanzar...!

Cuando ascendió al siguiente, se dio cuenta que estaba sobre la Suerte. Es que no puede haber una fortuna mejor que tener la posibilidad de poder vivir la vida y poder hacer algo con ella (yo elijo tratar de hacerla lo mejor posible...)!

En el siguiente ya miró hacia atrás y se dio cuenta que podía ser que llegara... que lo podía lograr...! Eso es Confianza en sí mismo...! Y entendió que ya no importa lo que pensara de sí y sus valoraciones. En sus crisis “siempre” descubrió que podía dar más de lo dado hasta ahí...! Él era el primer sorprendido...

Eso lo animó tanto que llego al séptimo escalón de un solo salto. Es que no existen las ganas sin sueños ni esfuerzos sin incentivos... Así... todo es posible...!

Hubo, luego, de seguir... cansado pero con el final a la vista... Así, sus escalones Persistencia, Constancia, le sabían a meta casi alcanzada...!

Es así..., como en la vida..., que, si se repasa lo que se ha conseguido, todos se dan cuenta que la suerte y el azar son solo relámpagos fugaces comparado con la durabilidad del fruto de los esfuerzos...!

Él, ahora, piensa que ya no será lo mismo subir a diario por esta escalera, porque es sino una ilustración de la vida...

No quedaban dudas...! Hoy llegaría al final...!

Amig@:

Es que la vida es tantas veces así...!

La puedes llamar camino, vuelo, rio, desierto, viaje, pero tantas veces es tan solo y simplemente como una escalera...!

La idea es que cada vez que la transitemos estemos más arriba moral, intelectual, ...y espiritualmente...!

Pero como muchas veces los planes no son lo mismo que la acción, hay ocasiones, cuando estamos cansados... en que esta escalera parece más larga, más alta y más fuerte que nosotros...!


La pregunta es: 

- En que tramo de la escalera nos encontramos hoy?

¿A sus pies...?

¿Comenzando...?

¿Por la mitad...?

¿Más allá...?

¡NO LO SÉ...! TÚ LO SABES...!

Pero que ahí está... seguro...! No se ha movido de su lugar...!

La otra pregunta es... ¿QUÉ HAREMOS ANTE ELLA...?

¿La contemplaremos solamente...?

¿La comenzaremos a subir...?

¿Continuaremos lo que ayer abandonamos...?

¿Finalizaremos aquello a lo que solo le alcanzaría el último esfuerzo...?

“No deseo que llegues al final de "LA" escalera.”

¡Sólo te deseo que ya estés solo sobre ella...!

Deseo que me alcances y aún me sobrepases y que, si vuelves, sea tan solo para volver a ayudarme...!

Yo prometo que, si escucho tu voz, volveré a buscarte para que, juntos, lleguemos al siguiente piso y así seguir al que viene..., porque la vida no se detiene...!

Y si la Vida no se detiene... 

¿por qué lo habremos de hacer nosotros...?

  
A escadaria...

Voltou a olhar para cima e custava-lhe aceitá-lo.

Uf...! Uma vez mais e iam já...! Há uns tempos que já não os contava.

Odiava-se a si mesmo por essa estúpida decisão de mudar-se para ali.

Essa escada era o seu castigo de cada dia.

Pode-se odiar não a alguém, mas a algo...?

Se é sim, então odiava essas escadas...!

Como era diferente pela manhã...!

Claro... ajudava muito a urgência, produto da pressa por chegar a tempo ao seu emprego... Sim, quando corria quase não reparava nela... passava sobre ela feito uma exalação, quase flutuando sobre os seus degraus... imaginava-se a si mesmo como um moderno Jesus caminhando sobre as águas...

Mas a esta hora tudo mudava... no final de cada dia.

Ultimamente sentia-a como um desafio... Voltou a contá-los na esperança de que a contagem de ontem tenha sido errada.

Não, não... Continuavam sendo os quinze de ontem. Quinze e cada um, um desafio.

Quinze degraus..., outros tantos desafios... quase sempre perdidos.

DE REPENTE uma ideia louca cruzou a sua mente à velocidade de uma estrela fugaz. Mas tomou-a para si, antes que se perdesse no seu Espaço interior.

Imaginaria que cada degrau seria um desafio, sim, mas dos que já tinham passado.

Meditou por um instante e, prontamente, juntando toda a coragem protelada por causa do dia-a-dia, e sempre presente temor, apoiou o seu pé sobre o Primeiro degrau:

Claro... era o mais difícil pois era o degrau dos Começos...!

Esse que parece simples, mas que requer a valentia da Iniciativa...!

Depois pisou a Desafios de verdade... o degrau que aceita o que virá..., porque uma escada que começa não pode ter outra possibilidade que chegar mais acima... se se aceitam os seus desafios...

O terceiro degrau já era o que se chamava Roupeiro. Era ali onde se ataviava apropriadamente para avançar no que seria transitar a sua jornada...! E devia estar preparado e vestido de optimismo, sonhos e desejos de avançar...!
 
Quando ascendeu ao seguinte, deu-se conta que estava sobre a Sorte. É que não pode haver maior fortuna do que ter a possibilidade de poder viver a vida e poder fazer algo com ela (eu elejo tratar de fazê-la o melhor possível...!)

No seguinte já olhou para trás e deu-se conta que podia ser que chegasse... que o podia lograr...! Isso é Confiança em si mesmo...! E entendeu que já não importa o que pensara de si nem as suas considerações. Nas suas crises “sempre” descobriu que podia dar mais do que tinha dado até aí...! Ele era o primeiro a surpreender-se...

Isso animou-o tanto que chegou ao sétimo degrau com apenas um salto... É que não existem esperanças sem sonhos nem esforços sem incentivos... Assim..., tudo é possível...!

Teve, logo, de seguir... cansado, mas com o final à vista... Assim, os seus degraus Persistência, Constância, sabiam-lhe a meta quase alcançada...!

É assim..., como na vida..., que, se se repassa o que se conseguiu, todos se dão conta que a sorte e o acaso são só fugazes relâmpagos comparado com a durabilidade do fruto dos esforços...!

Ele, agora, pensa que já não será a mesma coisa subir diariamente por estas escadas, porque é, tão-somente, uma ilustração da vida...

Não restavam dúvidas...! Hoje chegaria ao final...!

 

Amig@:

É que a vida é tantas vezes assim...!

Podes chamar-lhe caminho, voo, rio, deserto, viagem, mas tantas vezes é, tão-só e simplesmente, como uma escadaria...!

A ideia é que, cada vez que a transitemos, estejamos mais acima moral, intelectual, e espiritualmente...!

Mas como muitas vezes os planos não são o mesmo que a acção, há ocasiões, quando estamos cansados..., em que esta escadaria parece mais comprida, mais alta e mais forte que nós...!

 

A pergunta é: 

- Em que tramo da escadaria nos encontramos hoje?

A seus pés...?

No começo...?

Pela metade...?

Mais além...?

NÃO SEI...! TU SABERÁS...! 

Mas que aí está..., seguramente...! Não se moveu do seu lugar...! 

 

A outra pergunta é: QUE FAREMOS DIANTE DELA...?

Contemplá-la-emos somente...?

Começaremos a subi-la...?

Continuaremos o que ontem abandonámos...?

Finalizaremos aquilo que só alcançaria o último esforço...?

 

“Não desejo que chegues ao final de "A" escadaria.”

 

Só te desejo que já estejas sobre ela...!

Desejo que me alcances e ainda me ultrapasses e que, se voltas, seja tão-somente para me ajudar...!

Eu prometo que, se escuto a tua voz, voltarei a  buscar-te para que, juntos, cheguemos ao piso seguinte e assim continuar para o que vem depois..., porque a vida não se detém...!

 

E se a Vida não se detém... 

porque havemos de fazê-lo nós...?

Sergio

16.11.2010